Winstom Salem

Dejamos ya el maravilloso mundo de las montañas para conocer pueblos de este estado.
El siguiente fin de semana decidí visitar Winston Salem, que se encuentra a  una hora de Charlotte.
Este pueblo, tiene varios lugares muy interesantes para visitar, aunque con un día es suficiente.
Lo primero es aclarar que nada tiene que ver con el Salem que conocemos de las brujas. Por lo menos, durante las horas que pasé allí, no vi nada extraño... 😁😁

Primera parada: Old Salem. Sin duda alguna, fue lo que más me gustó. Este distrito histórico fue creado en 1753 por una comunidad Morava alemana. Por ello, los edificios este lugar llaman la atención, pues presentan características germanas y americanas. Además, es muy curioso, pues todo este lugar, es un museo "vivo", es decir, hay actores que representan la vida de la época y la caracterización de los guías. Además de pasear por todo este barrio, puedes entrar en varios establecimientos. Es muy interesante ya que es como hacer un viaje en el tiempo, al siglo XVIII. El único aspecto negativo es el precio de la entrada. Si quieres entrar en todos los lugares el ticket cuesta 35 dólares. También está la opción de entrar solo en dos lugares y pagar 25. Y para los que sean como yo, decidí pasear y entrar solo a los lugares gratuitos, al resto le eché las fotos a través de las ventanas. 😏
Y como una imagen vale más que mil palabras... aquí tenéis una muestra de lo que podéis encontrar.





Estación de bomberos

Panadería
Panadería


Three Sisters House: Casa y escuela de niñas
 y mujeres solteras.

Three Sisters House



Casa de la época

Interior de una casa de la época

Iglesia Morava




Segunda Parada: Fábrica del Chocolate. Para abrir el apetito, decidimos visitar la fábrica de chocolate, en la cual, por 5 dólares, puedes realizar una visita guiada por todas sus instalaciones y descubrir el proceso desde que llega el cacao hasta que lo transforman en chocolate. Y lo mejor de todo viene al final...¡LA CATA DE DIFERENTES CHOCOLATES!























Tercera parada: Cervecería. Si algo tiene este estado que me encanta, es la gran variedad de cervezas artesanales que puedes encontrar. Casi todos los pueblos tienen sus propias cervecerías en las que a través de unas cristaleras puedes ver la fábrica en las que elaboran su cerveza. Lo común es explicar que tipo de cerveza te gusta, y te permiten degustar varias para que puedas elegir. Así que, tras la visita a la fábrica del chocolate, cargamos las pilas con una buena cerveza.

Cuarta parada: Paseo por el downtown. A pesar de tener un centro pequeño, me llamó la atención. Quizá fuera por las tiendas de productos esotéricos, el sonido de los carrillones de viento colgados en todas las farolas y las calles solitarias hizo que nuestro paseo se convirtiera en místico a la vez que divertido.

Quinta parada: Antes de poner rumbo a nuestra ciudad, cogimos fuerzas en un restaurante mexicano del Downtown, de cuyo nombre no consigo acordarme.

Conclusión: ¡Como véis, no faltan los planes y lugares para visitar en este estado!

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