¿Quién nos lo iba a decir?

Son ya muchos meses aquí, viviendo nuevas experiencias, viajes, y aventuras, unas mejores y otras un poco peores. Sin embargo, ¿quién se podía imaginar que algo así podría ocurrir? Hablo de esta dichosa enfermedad, el coronavirus, que tiene al mundo entero en vilo, esperando a tener respuestas y soluciones, esperando a que esto sólo quede como un horrible recuerdo.

Hoy he decidido escribir este post, para transmitir cómo se siente una persona lejos de casa. Para todos, esto está siendo muy duro. Sería injusto decir que yo, por estar a 7000 kilómetros de casa lo estoy pasando peor. No puedo ni imaginar la situación a la que se están enfrentando mi familia, mis amigos, mi país, el mundo entero. Ya no es solo el agobio de estar encerrado en casa, si no, la incertidumbre de cuánto va a durar esta pesadilla, dónde vamos a llegar y el daño que está y va a provocar.

Por ahora, aquí en Estados Unidos, y concretamente en Carolina del Norte, estamos trabajando desde casa, no sabemos el tiempo que vamos a estar sin ir al colegio. Todas las actividades culturales y deportes se han cancelado, y desde ayer a las 5 de la tarde, todos los bares y restaurantes están cerrados. Todavía no ha llegado la medida estricta de quedarse en casa, sin embargo, por responsabilidad social, muchos de nosotros ya lo estamos haciendo.

Desde la semana pasada no hago más que pasar las horas delante del ordenador, mirando noticias, buscando actualizaciones en la página del ministerio de asuntos exteriores. ¿Qué va a pasar? ¿Cuándo podremos reunirnos con nuestras familias? ¿Qué alternativas me va a dar la embajada española? ¿Cómo nos van a ayudar a todos los que estamos fuera? ¿Qué puedo hacer si alguien de mi familia se enferma? Lo primero que me vino a la mente fue buscar un vuelo y dejarlo todo. ¿Qué más da el trabajo? Lo importante es estar con los tuyos, no quiero ni pensar en el cierre de fronteras, ni el tiempo que esto puede durar.

Sin embargo, tras meditarlo mucho, considero que lo más sensato es quedarse aquí, pues viajar hasta España conlleva exponerse demasiado, varios aeropuertos y aviones, sumado a no saber si al llegar a Madrid podré ir hasta mi pueblo o no. Si están diciendo quédate en casa, ¿cómo voy yo a hacer esta locura?

Así que toca protegerse, rodearse de mi familia americana y pasar de la mejor manera posible esta horrible y esperemos que corta, pesadilla.

En estos momentos, es cuando surgen los pensamientos de ¿por qué me vine? ¿qué necesidad tenía de pasar sola por esto? Pero, ¿quién lo iba a saber? Hay que animarse, pensar en todo lo bueno que me ha dado esta experiencia, y confiemos, en que me lo seguirá dando.

Iré informando de cómo vivimos esta situación por aquí, según vayan sucediendo los acontecimientos. Por ahora, deciros: estoy bien, por suerte tengo un gran apoyo aquí, por parte de mis amigos y compañeros del colegio. NO ESTOY SOLA.

Mamá y papá, ¡ÁNIMO! Se que muy pronto estaremos juntos.

Comentarios

  1. Mucho ánimo Marta, por aquí estamos bien aunque muy asustados. Como bien dices Esperemos que dentro de un tiempo esto no sea más que un mal recuerdo😗😗😗

    ResponderEliminar
  2. Pensemos que es como una película, una pesadilla que tendrá su final y todo volverá a ser como antes, tardará tiempo pero lo conseguiremos. Siempre te he apoyado y en estos momentos cuentas con todo mi apoyo, sé a ciencia cierta qué cuentas con una verdadera familia allí, por lo que no vas a estar sola. Como tú dices, cuando pase todo y podamos volver a estar juntos nos van a salir contracturas de tantos besos y abrazos. Quedémonos en casa, evitando ponernos en riesgo y dejemos al maldito virus que poco a poco desaparezca y nos deje vivir tranquilos. Te quiero, hermanita!!!Cuidate mucho!!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

¡Feliz 2020!

El sueño se hizo pesadilla

Mi nueva escuela