¡Feliz 2020!

Parece un poco tarde para felicitar el nuevo año, sin embargo, durante estas dos semanas y media de vuelta a la rutina no me sentía capaz de volver a escribir.

Tras pasar las vacaciones de Navidad en mi tierra,  se me ha hecho muy duro volver a "acostumbrarme" a la vida americana. A pesar de haber estado muy poco tiempo en mi pueblo, apenas diez días, he podido sentir el calor del hogar que tanto se echa de menos aquí. Y es que,  aunque  estoy aprovechando el tiempo al máximo, no solo a nivel profesional, sino también en experiencias y viajes, a veces la soledad se hace muy difícil de llevar...

Pero ya, por fin, esta semana mi humor ha cambiado y estoy volviendo a ser yo; positiva, con ganas de aprender y de disfrutar esta experiencia.

Las dos semanas anteriores lo veía todo oscuro, pensaba todo el tiempo en mi familia, mi casa, mi cole y mis niños de España... sin embargo, supongo que esto es lo que lleva consigo esta aventura. Como comentaba el otro día con mi coordinadora, esta experiencia es como una montaña rusa. Hay días en los que te sientes muy arriba y tienes ganas de "comerte el mundo", de seguir afrontando retos y disfrutar, y otros en los que sientes que ya has tenido suficiente y solo tienes ganas de bajar de esta atracción y volver a tu rutina, a tu zona de confort.

En estos días, he tenido la oportunidad de hablar con otros profes que están en la misma situación que yo, a quien también le están surgiendo muchas dudas. Poder escuchar y compartir emociones con ellos, me ha ayudado a abrir los ojos y darme cuenta que esos sentimientos forman parte de esta vivencia.

Le he dado muchas vueltas a este post, no estaba muy segura de si debía contar esto o no, pero, al final, el objetivo de este blog es relatar el día a día de una maestra lejos de casa, así que ¿por qué solo debo contar lo positivo?

Como digo siempre, recomiendo vivir esta experiencia, pero hay que ser consciente a lo que se viene y la dificultades que conlleva. Sí, se viaja mucho, conoces muchas personas, pero hay que aprender a sacar fuerzas de uno mismo y esforzarse por mejorar el ánimo cuando las fuerzas flaquean.

Ahora que ya comienzo a ver todo con más optimismo, me doy cuenta que todo, todo lo que estoy viviendo, bueno y malo, no deja de ser una lección constante, un aprendizaje que permanecerá conmigo aún cuando esta vivencia llegue a su fin. Así que... ¡ánimo a todos profes que se sienten como yo y ánimo a todos aquellos que están esperando a ser llamados para vivir esta gran aventura!

Y ya sí... ¡que el 2020 me siga permitiendo descubrir lugares, amigos, culturas y costumbres que hagan de mi vida una aventura!

Comentarios

  1. Hola Marta.
    Me parece estupendo que además de la parte maravillosa de tu experiencia expongas la otra, la dura, la sensación de soledad y de añoranza que a la fuerza tienes que sentir de vez en cuando y mas después de un mes de diciembre lleno de familia y reencuentros. Eso forma parte de la aventura como también de la vida, llena de momentos estupendos y también de momentos terribles pero que merece ser vivida con intensidad.
    Esta experiencia te hará más fuerte para afrontar la vida como lo haces. Siempre con una sonrisa, siempre intentando disfrutar al máximo de ella.
    Espero que sigas disfrutando la experiencia al máximo y que estos malos momentos sean los mínimos.
    Muchos besos desde Palma.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

El sueño se hizo pesadilla

Mi nueva escuela