North Carolina, estado poco conocido, pero con mucho encanto


Llevaba días queriendo escribir sobre este estado. Cuando decidí venir aquí, comencé a buscar blogs para saber qué me iba a encontrar y qué lugares merecía la pena visitar, pues, sinceramente, no sabía nada del mismo, ni incluso ubicarlo en el mapa.


Tras cuatro meses aquí, lo único que me viene a la cabeza al hablar de Carolina del Norte, es que este estado enamora. Poco tiene que ver con lo que estamos acostumbrados a ver en televisión sobre Estados Unidos: aglomeraciones, rascacielos, tráfico, etc. Este estado sigue manteniendo su esencial de América tradicional, casas típicas con enormes espacios verdes entre unas y otras, camionetas, y vegetación, mucha vegetación. ¡Y como no! Cadenas de restaurantes de comida rápida por todas partes.

Sin embargo, si tuviera que elegir un lugar de este estado que me ha marcado, sin duda alguna, elegiría Smoky Mountains. Realmente, es un lugar mágico, en el que puedes sentir como el tiempo se para, disfrutar de inolvidables atardeceres, de paisajes de cuento y conocer gente local, de peto vaquero y gorro, que se detiene para charlar contigo.


El primer fin de semana realicé la siguiente ruta:

- Viernes: Llegada a Waynesville. Pueblo de montaña con un precioso downtown, tiendas de artesanías, turistas, y lo que más me llamó la atención fue ver la cartelera del cine, pues me recordó a las películas. La cena fue en una cervecería llamada "Boojum", en la que además de probar diversas cervezas artesanales, pudimos disfrutar de la cena típica americana. Sí, hamburguesa, pero que nada tiene que ver con las del McDonalds.


- Sábado: Tocó madrugar para poder recorrer el Parque Natural Smoky Mountains. Primero, fuimos a desayunar a otro lugar muy, muy conocido en esa zona, "The butter biscuit" para comer el típico desayuno del sur de Estados Unidos, "Biscuits and gravy" (es una mezcla entre pan y galleta blanda acompañadas de una salsa hecha con el caldo que se obtiene de cocinar salchicha de cerdo, harina y leche) y "Hash Browns" (patata rallada frita), ¡¡bastante calórico pero delicioso!! 
Biscuit sin gravy, yo lo prefiero
con Apple Butter
(mermelada de manzana)

Hash brown con gravy (se me olvidó echar la foto antes de empezar a comer)
















Una vez que teníamos energía suficiente llegó el momento de poner rumbo a "The Blue Ridge Parkway", o también llamado "Great Smoky Mountains Parkway".  Allí, no dejas de asombrarte pues es impresionante ver la gran diversidad de colores que ofrece la naturaleza. En cada sendero encuentras una cascada de agua escondida entre tanto árbol. Y, como se puede ver en las imágenes, pudimos estar a escasos metros de ciervos...lo mejor de todo, ¡es que están en libertad!
La verdad, me es muy complicado escoger una sola imagen para mostrar, pues en cada parada que íbamos haciendo, nos sentíamos más sorprendidos del paisaje que estábamos contemplando.  

































Por la noche cenamos en un restaurante típico americano, pero esta vez sin hamburguesas. "Clyde", ofrece una gran variedad de comida típica sureña, platos gigantes a un precio realmente barato. 
Cerdo asado, calabaza frita y puré de patatas con "gravy"

Pollo, ensalada de patata, ensalada de col y compota de manzana
Domingo: Este día lo dedicamos a explorar Max Patch, el cual atraviesa el sendero de los Apalaches en el Bosque Nacional Pisgah. Y otra vez, me quedé impresionada, pues una vez que llegas al punto más alto, mires a donde mires en el horizonte, es imposible ver dónde acaban las montañas.







Como podéis ver, ese fin de semana la naturaleza me ayudó a cargar toda mi energía para afrontar una nueva semana de intenso trabajo. El fin de semana siguiente, el cual era puente, decidimos alquilar una cabaña en mitad de la montaña y seguir recorriendo este hermoso lugar. 
Así que... continúo con las Smoky Mountains en el siguiente post...

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